Selección
de prosa de
Jorge Braña
“Quiéreme” le dijo él. “Para qué” contestó ella, “¿sólo para sufrir después?” “Por un motivo o por otro, sufrirás igual. Los estados neutrales no duran mucho, por ir en contra de la vida misma. Si los elementos en el universo se hubiesen mantenido neutrales, la vida ni siquiera habría comenzado”. “Si yo he de sufrir por tí, mi deseo es, entonces, que tú también sientas congoja por mí”, insistió ella. “Ya estoy sufriendo” fue su respuesta. Y con el goce del sufrimiento que ya comenzaba a invadirlos, se amaron.
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