Monasterio
Almendra
Sabes, te quiero para no perderte
y aún perdiéndote no dejo de quererte,
quisiera saber si es cuestión de suerte
amar antes que me llegue la muerte.
Mariposa, ¿dónde andabas en mi infancia?
tus alas baten ahora el aire frío,
fúndete de una vez en este río
resistiéndose a ser mar de ausencia.
Escribirte quisiera sin parar
pero me falta mirarte a los ojos
aún así cumpliré tus antojos
reina de todo lo azul, brisa de mar.
Atardecer de playa, milenario ritual
estrella que guía una barca en alta mar,
sirena que embruja al oírla cantar
esperanza de un comienzo, agónico final.
Me amaste y te ame sin conocerte,
¿y por eso cabe ahora algún reproche?
mira que el día jamas conoció la noche,
mírame sino, muerto sin conocer la muerte.
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