DESPEDIDA
I
Comienza la lluvia.
Sobre el cristal empañado
una mano
se abre el camino al interior.
Ahí está él.
Una sonrisa.
Vuelto a empañar
el cristal
guardará el secreto.
IITe pediria esa sonrisa pudorosa
una
dos
tres
infinitamente
hasta tenerla entre mis labios
de memoria.