DE TU MANO
Trato de oírte niña de estación lejana
en el rastro que dejó una nota musical
anclada a tierra en el jardín de ensueño.
Trato de tocar y oler las flores que se abrían para ti
cuando en tardes lejos de éstas
eran ellas las únicas que comprendían.
Trato de volver a ver tu rostro lleno de melancolías
que no dejaban paso abierto
a los misterios que guardabas.
Trato de encontrar tu mundo propio,
ese que sellabas, protectora,
a quien quisiera penetrar en él y acompañarte.
Era tu único rincón de cercanías
y tan a gusto te sentías,
que la vida se te iba en hilos al volver a pisar tierra.
Trato de entender la angustia
del llamado al mundo real
la miseria carcomiéndote,
pequeña y asustada.
Trato de volver a ti, tomar tu mano,
mirar tu rostro y ver tus huellas,
trato de sentir tu olor a miedo, trato.
Trato y no te encuentro, niña frágil.
¿Te habrás quedado en el primer jardín
escondida entre los juncos?
¿Te bañarás aún entre las cañas de bambú?
¿Buscas todavía el secreto pasadizo
que nunca te permita regresar?
¿Lo buscas?
Trato de asirte a un solo sueño,
a mi recuerdo claro,
como si yo te hilara en mi desierto.
Trato de retenerte, ya mujer,
a ti, mi dulce niña.
|