ORACIÓN CON SORDINA
En la clara montaña de mi infancia
hazme un sitio como si nuevamente
fuera la niña de ojos negros pícaros
hazme un sitio cerca de las vigas duras de roer de tu alma
y deja que me abandone a la idea de tenerte.
Ruego por un cuento de esos inventados
por el rito de encender la chimenea
y ser yo quien ponga el primer fósforo
por los cinco años ruego
por el frío contacto de mi mejilla en el cristal de la ventana
por el dedo que seguía desde adentro
el viaje misterioso de las lágrimas desparramadas
hasta por el miedo de tu cercanía
ruego.
Ruego por las pocas palabras que pude decirte
en que me escuchabas hasta el final
ruego por las sandías de verano
y la guerra de semillas como parte del rito
ruego más adelante
por los campos en flor
que conocieron nuestras manos silvestres
pidiéndoles prestada su alegría.
Por el mar de día y noche en la costa marina
acallando nuestros propios rugidos insignificantes
ruego
por la arena de esa playa que hizo suyas nuestras huellas
por los silencios retratados
asomándose a los bordes
por las palabras hechiceras de tus labios
y mis oídos siempre puestos.
Por los breves momentos
de callar hablado
ruego.
En la oscura montaña de los años
hazme un sitio
dame la mano desde esta distancia permanente
y haz una vez más como si te perteneciera.
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