SUEÑO DE UNA NOCHE DE INVIERNO
Se muestran
y no esconden el rostro azul que las envuelve
en los caminos
como ramilletes trepando al cielo las encuentra una mano
que sin resistir la tentación de su esplendor
de sus ropas lustrosas
toma de sus enredaderos caminos
prestado un sueño
como ofrenda para otra mano.
Se ofrendan
generosas
húmedas aún por el rocío matinal
pétalos curvos
leves
fuertes como la imagen de fragilidad
tan solmarinas.
Se quedan
ahí se quedarán
por siempre aguijoneando la memoria
un sueño o realidad
sin importar
aquellas
que guardan un pedazo
de tiempo en nosotros.