CORRAL

Para Jorge
que también dejó su sombra

 
Si a este pueblo pudiera yo cantarle
lo haría con guitarra de cien cuerdas
aún sabiendo que no hay voz 
discursos o palabras
que le devuelvan a Corral su muda entrega.
Este pueblo que no pide nada está escondido 
en la salida al mar del río Calle-calle
con brazos del Valdivia 
el Río Cruces
brotando su dulzura permanente 
en límites a punto del olvido.

Las casas se suceden en los cerros
de natural aroma y contenido
de vestiduras simples y gloriosas
en la apariencia frágil vulnerada.
Las casas de este pueblo repartidas
por los senderos empinados recovecos
despeinan la algazara de las almas
abrazo chimeneo con sus humos.

No descubro aún en estos seres vaporinos
si confundidos con la niebla o con las nubes bajas
son los que marcan el paso de las horas
son los que delimitan espejismos
y ayudan a esconderse entre los sueños. 

Parece que ni el tiempo te tocara
manteniendo tus faldeos suspendidos
parece que fueras el pueblo 
que se perdió en las almas de algún limbo
anclado en la bahía como faro de ensueño.