Poesía de
Nicole Lafourcade
  

Copyright - Nicole Lafourcade


Nicole Lafourcade

Memorias de un violoncello

 



FOLÍA

IX

Tactilúnea suavidad
frutando mis sendidos
pera manzana duraznal
olor
dolor
dololor en el verano regalado.



X

Semillera cardamomo
voy por tu piel recogiendo tus fragancias
las que me quieras dar
limonazar
voy por tu cuerpo enciñéndote de notas
y de resina
para tomar de ti
el canelar de mis delirios
clavo dolor
incendio
por ventanales penetrando
carnalores floridos.



XI

Yosangre tusavia 
yoarteria tufibra 
yonuda tubosque
yonota tuhoja
yoagua tufuego 
yoseo tucreto
yolengua tucanto
yorastro tuincendio
yoenfuga turrisa
yotuyo nabrazo.



XII

Cadencia caderancia 
mujerimán violoncelada
rastrándome en tu huracán subterino
Déjame rescantar arpegios para llevar
llevarmen 
un instante arañado
cerca delapiel

Déjame un trozo en tu maderal 
para cantar minido.



XIII

Alga con alga tañes
como si siempre
romorosa
como si domayor
como si la 
fuerza de tu aliento
en mi aliento
cantara entre los dos 
y me dejara entremecida.

Hay en tu silencio
solo
un sonidar constante.



XIV

Toco tus curvas 
toda la nochetoco
tu escalar melancólico hacia mi sangríada
especiada por tus dedos blancos 
sobre mis fibraderas boscosas. 

Toco tu deslunez 
toda la luna toco
y en ella undor me desaromo.



XV

Brazoabrazo legatto
manotenutto
musloalerta stacatto
almaojo vibratto
abierto sostenutto.

Pizzicatto finale.



XVI

A veces cuando envuelo
me olvido del canto 
esen voz baja
ese que descarcara silencios
al borde de tulengua encientida.

Bajo tu canto envuelo
el otoñarco se pierde en ventolera.



XVII 

Puedo nombrarte solo 
vulnerable
cuando puntal y crines guardan su secreto 
y la memoria anida la oquedad 
deteniendo cariciamantos 
desbordándose 
manos cadencieras en descenso
espaldaltar susurra 
acordeacuerdo de dos sombras.

Puedo nombrarte solo
cuando tu roja crinellera
suelta salina amedianoche
el sonido más grave de tu alba.



XVIII

Círculo en tu círculo
voy 
dándome vueltas
infinitavientre
tactoarena granular
salolas desatando sedes
algracias. 

Caracolas marinas refugian mi orfancia.



XIX

No vamos a quemar en este abrazo
todas las variaciones tremorosas.

Mi sonincendio
cuando te busco en armonía
como un espejo que se busca en otro espejo
arpegiando silencios sinsentidos.

No vamos a desnudar sonidos
que no quieran cantarse.




XX

Cuando juntos enconcierto
miro tu rastro en el mío abriéndose
devoamando silencios que caen cortinados
sobre la pesludez de tus senituras.

Dónde refugiar tanto presente
para la memoria de mis dedos?

Cómo debo acomodarte en esa imagen
que guardará el tempo de nuestro sueño pajarero?



XXI

Líneas zurcadas 
rastros
que has ido alojando
en la corteza que te ciñe muda 
arboralada
donde habita el aromal
de tu savia oscura.

Líneas curvarias que mis manos
tallan por tu cuello encenguido
vibraciendo recinas 
aceitosas.

Rastroambriendo voy por ti.



XXII

Vagando ando 
lunaído en tus caderas
buscando los colores ensentidos 
tenues
vagando y recogiendo 
de tutacto hojaresco
cuanto me quieras dar de lumbre
pasajera. 



XXIII

Desludez
apenas insinuosa
sombrante frente a mi blanca realidad
de hueso pieldeseo.

Aguas invinsibles
calmando el camino partitura 
escrito entre tu cuerpo y el mío.

Dos sombras esconden la llave de sol.



XXIV

Curvasonido
amplia cabellera
caderancla
muslos prisioneros
dentro meloarmonías durazneras
van soltando el verano retenido.

Tetomo como un arco 
ensuelta rienda
en la caricianota abandonada
y el terzopielo abriéndose a mi cielo
se alumbra atempo en fuga 
entorbellino.



XXV

Voy por un bosque holarasca
de canela y malva ungido
en otovientos bachianos
que nada tienen que ver
cuando en el claro ensimismado
se deja ver la caracola herida.

En tu luz de hoy 
encuentro mi soledad de mañana.