Selección de prosa infantil de
Jorge Braña
¿Quién soy? 

 

El Zorro Marrón

Del libro “El Zorro Marrón y Otros Cuentos”, publicado en inglés bajo el título: “The Brown Fox and Other Stories”, Jorge A. Brana, N. York, 1989.

Dos amigos fueron a cazar.  Cargaron sus escopetas, se subieron al carro, y partieron al bosque.  Iban muy contentos, buscando liebres y pájaros.  No pensaban comérselos, sólo querían cazarlos, gustaban de la caza como deporte.

Los hombres anduvieron un buen trecho: querían estar lejos de la gente, para evitar accidentes.  Planeaban pasar la noche en una carpa y tenían una del tamaño justo para dos personas.

Estaba oscureciendo; decidieron encender las luces del carro. Cruzaban un sendero campestre cuando de pronto uno de ellos gritó:


¡Mira!

 


ISBN: 0533084741
Publisher: Vantage Press, Inc, New York
Publication Date: 1989
Binding: Hard Cover

 


Justo adelante del carro había un zorro marrón, que al parecer iba cruzando el camino.  Los hombres pensaron que el zorro huiría, pero no fue así: se detuvo y clavó su vista en los faroles del carro.


Mientras el zorro miraba los faroles, los hombres se bajaron del carro y se le acercaron, pero el animalito no se movió.  Entonces uno de ellos le susurró al otro: “ve a buscar la escopeta”.


Uno de los amigos levantó la escopeta y apuntó. Estaba seguro de que el zorro iba a arrancarse en cualquier momento, pero el animal ni se inmutó. Seguía allí, mirando las luces.  No hacía otra cosa que apuntar su mirada a las luces.


Así, el zorro tenía su vista clavada en las luces del carro, pero los hombres tenían su vista clavada en el zorro.


Uno de ellos apuntaba, pero era incapaz de disparar.  Pensaba, ¡qué animal tan bello!  Era uno de los animales más lindos que había visto en su vida.  Su amigo, nervioso, pensaba lo mismo.


Los hombres guardaron la escopeta y contemplaron al zorro durante varios minutos.  De pronto, el animalito escapó.


Los amigos estacionaron el carro y armaron la carpa.  Se comieron unos bocados y bebieron jugo. Ensimismados, no hablaban una palabra.


Estaban pensando que los animales del bosque también pueden ser bellos.  Qué quizás no era buena idea cazarlos.  Así es que descargaron la escopeta y decidieron no cazar nunca más.


¡El zorro marrón salvó a los pájaros y a las liebres!

 


(A casa de Jorge)