Marta Concha de Fontecilla
¿Quién soy?
Se me hace bastante difícil explicarme a mi misma pues soy compleja y ni yo misma me entiendo, a veces. Partiré por lo básico. Mujer chilena, casada con hijos y nietos. Ni grande ni chica, ni fea ni bonita. Nada a destacar. Contentísima de pertenecer a la edad de oro, tercera edad o cualquier otro adjetivo con los que se designa la vejez si se quiere ser políticamente correcto, pues no tengo que levantarme temprano. Soy muy perezosa. Me gusta la vida nocturna pues en la noche es cuando leo, pinto, escribo, juego a las cartas, y si tengo una oreja atenta, converso, sin tener ojo curioso que se pregunte o me pregunte, lo que me molesta, que es lo que hago que no me acuesto a dormir a la hora en que las personas de mi edad están en el cuarto sueño. Tengo múltiples defectos, que obviamente no voy a enumerar y algunas cualidades. Entre estas últimas está el de entenderme sin mayores problemas con los demás y ser fiel a los amigos. He vivido siempre rodeada de mucha gente. Soy una intuitiva que siente primero y piensa después lo que me ha hecho cometer errores. Todo me interesa, leo lo que me cae a las manos, desde los clásicos griegos y latinos hasta los más escalofriantes "thrillers". Me encanta el cine, pero no todo, me gustan las películas de acción. Los dramas psicológicos y las películas de amor me latean. Tampoco me gusta el teatro. Amo a los animales. Siempre he tenido gatos como animal preferido. Pero he tenido perros, loros, patos, gallinas y conejos regalones. Adoro a mis hijos, pero no en forma exclusiva ya que quiero mucho a otras personas jóvenes a los que en cierta manera los considero como hijos de mi corazón. Comprendo a la gente que comete errores pues yo también los he cometido. Sufro mucho cuando derriban un árbol y detesto a los cazadores de animales. Por último, me encanta Condorito y me cargan los sobrinos del Pato Donald. Y mi pensamiento sobre el amor. No hay nada que me guste más que ver una pareja anciana que caminan tomados de la mano. Me parece la sublimización del amor.No tengo la más mínima atracción por las cosas mecánicas, no distingo un auto barato de un Rolls-Royce y todo lo que se refiere a la economía, con sus términos altisonantes, valor del dinero, rendimiento máximo, tasas de interés y etc., etc., me eriza los pelos.
Bién, he tenido hijos, he plantado árboles y he escrito novelas las que nunca he publicado. Creo que he cumplido. Bye.
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